Un análisis realizado por el Instituto Fraunhofer de Física de la Construcción IBP, según estándares científicos reconocidos internacionalmente, ha evaluado el impacto ambiental de los inversores a lo largo de todo su ciclo de vida, desde la producción hasta el final de su vida útil. El estudio, verificado de forma independiente por DEKRA Assurance Services GmbH, confirma el comportamiento sostenible de los inversores de SMA e identifica posibles áreas de mejora.
«Queremos ofrecer a nuestros clientes datos fiables y científicamente sólidos sobre el impacto ambiental de nuestros productos. Por eso hemos llevado a cabo el análisis del ciclo de vida (ACV) del inversor de string PEAK3 y del inversor central Sunny Central UP, certificándolos de manera independiente. Comparando los resultados, podemos identificar medidas para mejorar la sostenibilidad de toda nuestra cartera de productos», afirma Anna-Lisa Sas, ingeniera del área de sostenibilidad de productos de SMA.
Entre las 16 categorías de impacto ambiental analizadas, el ACV del Sunny Central UP también ha evaluado la huella de carbono, calculando el tiempo necesario para que el inversor compense las emisiones generadas a lo largo de su ciclo de vida. Según el estudio, el periodo de amortización varía entre 1,2 y 1,6 años, dependiendo del escenario de aplicación. Después de este periodo, el funcionamiento del inversor contribuye a la reducción de las emisiones de CO₂ durante el resto de su vida útil, estimada en unos 20 años, en comparación con el uso de la electricidad de la red.
El análisis del ciclo de vida (ACV) es una herramienta científica reconocida para evaluar el impacto ambiental de procesos y productos. Su estandarización a través de las normas ISO 14040 e ISO 14044 garantiza transparencia y fiabilidad, proporcionando una visión clara de la sostenibilidad del Sunny Central UP.